
Actualmente la forma de utilizar la calefacción es controlar la temperatura en un sólo punto de la vivienda, de modo que algunas veces se calienta en exceso o no llega a la temperatura deseada. Esto es muy propio de sistemas de calefacción central.
Hoy en día las temperaturas cambian bastante durante el día, podemos despertar con temperaturas bajas pero pasado el medio día la temperatura se vuelve completamente primaveral. Los sistemas de calefacción central son lentos en calefaccionar y luego al apagarlos la losa radiante sigue calefaccionando el ambiente un buen rato cuando ya la temperatura es agradable y no queremos más calefacción.
Para hacer frente a este escenario lo más apropiado es usar sistemas de calefacción que puedan configurarse por separado en cada ambiente y, que además puedan calefaccionar de manera rápida. En este sentido los sistema eléctricos tienen una gran ventaja, se prenden y apagan de manera fácil y rápida y, gracias a tecnologías como las estufas infrarrojas de betterlife o los equipos de aire acondicionado, se consigue la capacidad de calefaccionar un gran espacio rápidamente.
Los sistemas de calefacción inteligentes poseen la opción de estabilizar la distribución de calor del hogar efectivamente, esto aporta un ahorro de energía considerable. Además si incorporan tecnología de control por WiFi, nos permiten encender, apagar o cambiar la temperatura a través de nuestros dispositivos móviles (smartphone y tablet).